Es común que ante las preocupaciones económicas o laborales se pierda el interés por el sexo. La fatiga o varias noches de insomnio también dan el mismo resultado.
Sin embargo, cuando no hay interés por el sexo o una carente vida sexual, por un lapso mayor a seis meses, puede tratarse de un trastorno del deseo, informa WebMD (A).
Las investigaciones señalan que entre el 43% de las mujeres y el 31% de los hombres, en algún período de la vida experimentan una disfunción sexual. Conoce cómo actúa el también denominado trastorno de deseo sexual hipoactivo, en cada sexo:
Mujeres
Es común durante la menopausia, el embarazo o la lactancia, al ocasionarse una oscilación de hormonas o al envejecer, lo cual por lo general afecta las relaciones e incluso la autoestima. Las féminas que lo padecen, muestran poco o nulo interés en la actividad sexual; tampoco presentan pensamientos o fantasías sexuales. Tienen dificultad para obtener placer con el sexo y falta de sensaciones placenteras al estimulas los genitales.
Aunque hay algunas enfermedades crónicas que podrían desencadenarlo, como la artritis, diabetes, problemas en las arterias coronarias y cambios hormonales. También hay emociones que lo generan, como cuando hay falta de confianza por problemas con la pareja o abuso sexual (B).
Hombres
En muchas ocasiones se diagnóstica erróneamente como disfunción eréctil, ya que existe una creencia de que todos los caballeros desean tener relaciones sexuales; lo cual provoca que no se busque un tratamiento, según detalles de un estudio realizado por University Medical Centre St Radboud, and Pompekliniek, Nijmegen, the Netherlands (C). Aunque también suele ser el resultado de desórdenes de ansiedad o depresión.
Los signos que ocurren en el sexo masculino cuando hay un trastorno del deseo son: poco o ningún deseo sexual, interés bajo en las actividades sexuales, no hay excitación ante la estimulación visual o sexual e incapacidad para experimentar deseo espontáneo, informa Psych Central (D).
Ante alguno de los síntomas, lo mejor es acudir con un médico especialista, para que sea él quien se encargue de realizar pruebas, decretar un diagnóstico, así como del tratamiento a seguir.