Efectos de la neumonía en el organismo

¿Sabías qué la neumonía es más frecuente en hombres que en mujeres?

De acuerdo, con la Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, genera una hospitalización del 4.55% de caballeros y 2.57% de féminas.

La neumonía es una infección que tiene la capacidad de inflamar los alveolos (sacos de aire) de los pulmones; como consecuencia suele llenarlos de líquido o pus. Es detonada por una variedad de bacterias como el Streptococcus pneumoniae, virus como el COVID-19 y hongos, según informes de Cleveland Clinic (A).

Los síntomas pueden ser ligeros o severos, en este caso es frecuente que el afectado requiera hospitalización, para evitar un cuadro más severo. De acuerdo con American Lung Association, los efectos que genera en el cuerpo son (B):

Confusión mental, en personas mayores, por la fiebre o la falta de oxigeno en la sangre.
Fiebre, frecuente cuando las células del sistema inmunitario, se mueven a través de los vasos sanguíneos, para atacar a los microbios invasores (C). Se hace acompañar de sudoración y escalofríos.
Pérdida de apetito.
Tos, acompañada de mucosidad amarilla, verdosa o sanguinolenta.
Baja de la temperatura corporal, como consecuencia la infección. Este signo es recurrente en pacientes con el sistema inmune débil.
Dificultad para respirar, debido a la inflamación que se ha producido en los pulmones y el líquido acumulado.
Dolor agudo y punzante en el pecho, que empeora al respirar o toser, otro de los efectos adversos de la inflamación.
Falta de energía que conduce a la fatiga. Aunque es una buena señal, de que el sistema inmune se encuentra exterminando al enemigo patógeno.
Falla en el corazón, por la expansión de la bacteria que invade los pulmones y daña también el músculo de este órgano.
Náuseas y vómitos (especialmente en niños pequeños).
Infección en las vías urinarias, producida cuando se esparce el virus causante de la neumonía.
Piernas azuladas, consecuencia de la baja de oxígeno en la sangre. Esta tonalidad también suele presentarse en labios y dedos de las manos.
Choque séptico, al introducirse la bacteria de la neumonía en la sangre.